X Marcha Comenar Viejo: Sabor Amargo

Descansar durante la semana para llegar con fuerzas a una gran cita no te garantiza el éxito. Siempre puede haber factores que trastoquen tus planes, incluso uno mismo puede tomar decisiones equivocadas en el peor momento.

Bien temprano estábamos Juan, su colega Alfredo y yo en Colmenar Viejo para recoger nuestros dorsales. Coincidía con muchas caras conocidas del Club de Arganda, Los Espartanos y Bike Arena, mientras nos colocamos en las primeras posiciones para no pillar tapón a la salida. Sabíamos que teníamos que dosificarnos puesto que a partir del km 45 vendría el plato fuerte.

A las 9:30h puntuales se da la salida. Aunque estamos de los primeros enseguida empezamos a perder puestos. La gente sale muy rápido. Salimos del asfalto y cogemos la primera pista de tierra y ya vemos la primera caída. A continuación una bajada rápida que un inconsciente aborda como si sólo estuviese él. A escasos metros veo cómo el temerario se lleva por delante a un espartano en un golpe muy serio. De hecho más tarde me entero que se lo han tenido que llevar al hospital.

Salvamos sin contratiempos los primeros obstáculos, las subidas y los descensos se intercalan. Por el momento no son demasiado complicados. Si tenía calor, cruzar seis o siete veces el río para meterte hasta las rodillas se encargaba de refrescarme. Mantenemos un ritmo cómodo, pero allí nos pasa hasta el apuntador, aunque preferimos ser cautos y no apretar.

Llegamos al segundo avituallamiento, en el km45, en poco más de 2h. Allí engrasamos la cadena, porque de pasar tantas veces por el río los cambios ya no van. Comemos fruta, algo de CocaCola y...el error que marca la carrera, un Gel de por si acaso.

Tanto leer a Chema Argüedas y su libro de nutrición deportiva para a las primeras de cambio hacer caso omiso a sus consejos: no pruebes nada nuevo en una carrera.

Salimos del avituallamiento, debemos ir de la mitad y suponemos que en la segunda parte empezaremos a recoger cadáveres. Pasamos el precioso puente de La Marmota, y este es el punto donde empieza la duro. Me veo bien, paro a hacer una foto y mientras Juan se me adelanta un poco. Reemprendo la marcha, senderos en subida técnicos, alguna caída sin más consecuencias que las prendas desgarradas, y en el km 50 exploto de repente como un globo de harina.

-¿qué me pasa? pero si iba bien...esto no es normal.

Me acabo de provocar una pájara yo mismo tomando el dichoso Gel cuando no me hacía falta. Al meterte tanto azúcar de asimilación rápida provocas tal pico de glucosa en sangre que el cuerpo reacciona soltando insulina a machete para contrarrestarla, así te cargas toda la glucosa que hay en tu sangre abriéndole la puerta al tío del mazo.

A lo lejos veo a Juan subiendo, pero cada vez más lejos. Esta subida es interminable, no sé cuantos km y metros de subida son, pero se me están haciendo insufribles. No tengo fuerza casi para dar una pedalada y el mal cuerpo me acompaña desde hace varios minutos. El molinillo me veo incapaz de soltarlo ni en los falsos llanos, encima los calambres también hacen presencia. Llegamos a una zona de sube-bajas, y observo cómo he tocado suelo cuando una mujer con su marido me pasan. Necesito parar y comer algo.

Saco una barrita y empiezo a comer mientras recupero aliento. Oigo a alguien que dice que un poco más adelante, en el km55 hay una escapatoria para volver por carretera. Creo que lo más sensato es cogerla. Me veo completamente incapaz de hacerme 15km en estas condiciones y con un trazado tan exigente.

Vuelvo a cabalgar, parece que la barrita empieza a hacer efecto, el mal cuerpo mejora pero no los calambres. Llego al cruce de la carretera, y no sé por qué en el último segundo decido continuar mientras me pasan muchísimos bikers. En los tramos técnicos me tengo que bajar porque los calambres me machacan, y así llego hasta el tercer avituallamiento donde veo a Juan que lleva 10 minutos esperándome preocupado.

Reponemos algo de fuerzas y volvemos a emprender el camino, quedan 10km para acabar.Le pido a Juan que siga con su ritmo pero insiste en quedarse conmigo. Me fastida por él que llevaba un ritmo bueno, y porque me estoy perdiendo un trazado increíble para disfrutarlo. Descensos muy técnicos acompañados de toboganes y curvas peraltadas, senderos entre bosques, subidas llanas en las que poder aprovechar el plato... y mientras me dejo arrastrar.

Me consuela ver que no soy el único, veo a varios Bikers estirando los músculos completamente acalambrados. Juan me va dando rueda e indicándome la trazada correcta. Menos mal porque no puedo ni pensar.

Por fin se ve Colmenar al fondo, el camino se convierte en pista y esto me ayuda a poder aumentar el ritmo sin dolores. Finalmente conseguimos entrar por Meta con 71km y 1400m de desnivel acumulado.

El punto negativo ya os lo he contado, pero os aseguro que el año que viene repetimos. El trazado es increíblemente divertido, con dos partes completamente diferencias en dureza. Hasta el km 45 se puede ir muy rápido, y a partir de ahí se combina la diversión con la dificultad por un recorrido precioso y muy bien elegido. La organización muy buena, como pocas, y los avituallamientos con víveres de sobra. De hecho los propios colaboradores te buscan para ofrecerte comida y bebida, toda la que quieras.

Al terminar, puedes comer hasta hartarte. No sé cuantos bocadillos de chorizo y cuánta cerveza entró en mi barriga mientras Juan se metía plato de pasta tras plato de pasta. El puesto es lo de menos, 465 y 466 respectivamente mientras Alfredo hizo el 327, pues ya sabíamos que iba a ser una chusta (Será fácil mejorarlo el año que viene), pero le agradezco a Juan que decidiese acompañarme en lugar de hacer su carrera, un gesto que le honra sin duda. Espero que en Ronda no haga falta y podamos tirar juntos sin contratiempos. Os aseguro que no llevaré ningún Gel XDD.

Fotillos del Evento