Matagrama Póstuma

La semana pasada, por distintos motivos, no pudimos realizar la III Marcha Matagrama de Morata, así que hoy nos hemos propuesto realizarla desde Arganda.

La meteorología se está portando y, aunque amanece con bastante fresco, el día es soleado. Salimos a las 8:30h, con los manguitos y Peski de largo, dirección Morata y calentando por la vía verde. Comenzamos la ruta y nos vamos acordando de las situaciones del año pasado: salida a todo trapo detrás de los "Harobike", pinchazo nada mas salir de Jaime, y así nos llega el primer cuestarrón de molinillo y que nos mete el calor en el cuerpo...empiezan a sobrar los manguitos.

Se nos había olvidado lo divertida que era esta ruta, y seguramente estuvo organizada igual o mejor que el año pasado. Vamos discurriendo por caminos y senderos, encadenando subidas y bajadas, hasta llegar a la subida del pinar donde el año pasado la visión se nos volvía azul. En esta ocasión vamos más preparados y además más conservadores, así que lo subimos mucho mejor. De vez en cuando se oye el pitido de alarma del pulsómetro de Metal, que hoy ha pasado un día duro de esos en los que..."vas sin piernas".

Disfrutando de los caminos y toboganes, llegamos a la zona técnica. El caso es que este año avisan de las zonas complicadas de una manera bastante impactante...Una calavera pintada en el suelo junto a la frase "Zona peligrosa" ya te avisa de que nos acercamos a las famosas "cuestas blancas". Recuerdo que el año pasado fui capaz de bajarme sentado las dos primeras, en cambio este año...nos lo hemos pensado mejor. El camino estaba realmente roto, mucha rodera y la arena blanca completamente suelta. El domingo pasado tuvo que ser un buen espectáculo ver a cientos de bikers por aquí.

Cuando se impone la técnica, por lo general el primero en atreverse es Peski, al cual creo que muchas veces no le importaría tener que pagarse otra dentadura (jajajaja, es broma!!), y en este caso ahí va de nuevo el primero de todos, proponiéndose una bajada de las de "o todo, o nada", porque si vas despacio vuelcas. Así pasó, en un visto y no visto Peski desaparece del camino y reaparece entre los matorrales adyacentes al descenso, de una caída "por orejas", afortunadamente sin consecuencias XD.

De vuelta a lo blanco, nos volvemos a atrever a cabalgar por una bajada ya sin complicaciones pero muy divertida. Mucho sube baja entre curvas peraltadas a casi 40kmh, hasta que te encuentras una pared de las de molinillo, y desde arriba Peski  riéndose retándonos a subirla sin poner pie a tierra. Afortunadamente lo conseguí mientras la bici se me cruzaba de lado a lado del camino, Metal perdió la lucha con las derrapadas de rueda trasera por intentarlo "por todo lo malo".

Llegamos al descenso rey de la ruta. Desde arriba da miedo, no sé cómo la gente se atreve a bajarla porque era una piscina de roderas, roca y arena suelta. Vértigo es lo que siento cuando me asomo al borde, así que ni me planteo ir ni cinco metros  montado. Un poquito de "empujabike" hacia abajo y vuelta a la pista que nos llevará hasta el segundo tramo de la ruta, por los altos de Morata.

Se trata de otra zona muy divertida, en su mayor parte de subida por senderos y caminos sueltos, y tras la subida de La Calera, en lugar de bajar por el bosque (bajada muy muy divertida, que las costillas de Metal conocen bien), procedemos a volver hacia Arganda por el Rock in Rio.

Al final 70km y 1100m de desnivel, que nos recuerda que esta ruta deberíamos hacerla más veces por lo divertida, intensa y variada que es. Incluso nos sirve para llegar a Chinchón y cambiar la pista por camino/sendero.

Un abrazo Domingueros!