El Castillo de Casasola

Hace algún tiempo que ví en un reportaje aéreo de la zona de las vegas el Castillo de Casasola. Aprovechando que tenemos que hacer kilómetros para la Talajara y que un track anterior nos dejaba cerca, Metal y yo hemos salido esta mañana a visitarlo.

Empezamos a las 9 de la mañana y el grajo vuela bajo, por lo tanto hace un frío del carajo. Encima el resfriado que llevo encima no me permite muchas demostraciones de fuerza ciclista así que tiramos de carril bici dirección Perales de Tajuña con el freno puesto. Salimos del carril bici para tomar dirección Chinchón. La lluvia no parece haber embarrado demasiado los caminos, además de ser casi todo pista (Juan...cómo te gusta, jejeje), aunque eso sí, siempre en ascensión ya que Chinchón está en alto. Llegando a Chinchón bordeamos el pueblo por caminos y tiramos hacia Casasola.

Justo antes de llegar, bajando por un camino roto que hacía tiempo no era pisado por nadie, nos salió un enorme perro de una parcela ladrando como un loco. Vaya frenazo!! no sabíamos si salir corriendo o trepar a un árbol. Después de un rato parados vino el dueño para decirnos que no mordía (pues menos mal, porque daba miedo).

Ya estamos en el Castillo. Pensé que eran unas ruinas abandonadas pero resulta que está habitado. Hay partes reconstruidas preparadas como vivienda, y la verdad es que es precioso. Conserva su puente, su foso, aunque las torres están derruidas. Un lujo para sus dueños, que desde lo alto del risco donde se encuentra tienen unas fabulosas vistas de las vegas.

Volvemos a casa dirección Morata de Tajuña, por pista ancha y aburrida, pero hay que tragar kilómetros. En Morata, en lugar de volver por la cuesta de la Calera volvemos a enganchar vía verde. Metal pone la directa y yo intento pegarme a él. Subíamos hacia Arganda a relevos, hasta que los mocos casi me ahogan y el corazón iba en zona roja (calculo que unas 15000rpm) así que me he rendido al modo Eco mientras Metal se iba como un tiro.

Hemos recorrido 70km con 740m de desnivel. Una ruta muy llanita y facilona, pero creo que era buena para mover las piernas sin destrozarnos de cara a la Talajara.