Arganda-Villarejo

Buff, qué calor está haciendo estos días. Y para intentar evitarlo madrugamos Peski y yo un poquito más. A las 8:30h salimos desde el parque del carril bici. Tengo una ruta inédita cargada en el GPS. Es durilla, pero también es lo que necesitamos para no perder el ritmo.

Nos encaminamos dirección Tielmes desde las cuestas de Valtierra, así entramos en calor pronto. Una pista larga que atraviesa viejas calzadas romanas nos lleva hasta el alto de Tielmes, utilizando un sendero técnico paralelo a la cuesta del Vertedero para bajar hasta el pueblo.

Cruzamos el viejo puente de piedra de Tielmes, y allí en primera plana se ve el gran reto del día: El Muladar. Se trata de una larga cuesta serpenteante que atraviesa la colina. Durante 1,5km la rampa más suave será del 15%, y la más grande del 26%. Sin duda una de esas cuestas para ir con el manillar en el pecho y las piernas a 100 grados. Se puede ver a lo lejos en la foto de portada.

La subimos bastante enteros, pues aún estamos frescos. Desde lo alto de la colina vamos en dirección Villarejo, atravesando pistas de diferentes tipos: desde canto rodado hasta arena suelta en la que hundir la rueda. Realizamos descensos en los que rogamos al GPS que no nos devuelva por el mismo sitio a la vuelta, porque podríamos sufrir en exceso.

Llegamos a Villarejo y es la hora de la vuelta. Atravesamos caminos que nos reviven recuerdos, pues pertenecen a la marcha de Villarejo que no hace mucho hicimos. Vamos paralelos a la carretera, sobre las crestas de las colinas que suben y bajan constantemente. Algún coche nos pita, supongo que será algún aficionado al mundillo, y así llegamos de nuevo a Tielmes.

Nos queda la última grande del día, conocida como la cuesta del Vertedero, 3km de subida tendida, pero en este caso el terreno ayuda al ser pista. El calor aprieta ya de lo lindo y hace que la cuesta sea más dolorosa de lo normal.

Una vez en lo alto, de nuevo retomamos la pista que nos trajo desde Valtierra y que nos devolverá a Arganda, recorriendo 72km y 1200m de desnivel en el que parece que poco a poco Peski va recuperando parte de su forma perdida.