No sé si marcar este día también...

Habíamos quedado a las 9:00 de la mañana Metal, Peski, Alberto, Juli, Angelito, Jose Luis y yo. La ruta consistía en llegar hasta Chinchón, visitar Casasola y vuelta a Arganda, pero la cosa se torció.

A Metal se le hace tarde y el Perales decide desviarse para llegar antes a casa. El resto seguimos hacia delante y una vez pasado Chinchón, siguiendo a Alberto en una larga bajada, compruebo que los piñones no me cambian. El pulsador no ofrece resistencia así que me huelo que el cable se ha roto.

Efectivamente, una vez paramos podemos comprobar que se ha partido. Bueno, la ruta no es muy complicada y hasta Arganda no hay grandes pendientes, excepto una muy cortita. Sólo tengo el piñón 11 pero pienso que jugando con los 3 platos no tendré problemas para llegar.

Así llegamos a Casasola donde hacemos el avituallamiento, platanito para el cuerpo con un fresco importante a pesar del sol y bajamos el cortado para hacernos la foto de rigor. Empieza a hacer mucho viento, rachas bastante fuertes y tengo que meter el plato pequeño para llanear cómodamente con el piñón pequeño.

Llegamos al único repecho importante, porque la vuelta a Arganda por el carril bici me veo capaz de hacerlo con este desarrollo. Me pongo de pie y me siento fuerte, quizás demasiado jejejeje, y aún no he terminado de subir cuando se oye un CLAJJJ!!, la rueda trasera se me queda bloqueada y casi me caigo.

Mmmm, qué mal ha sonado esto, me parece que he debido partir la cadena. Al bajarme veo que la rueda está tocando el basculante, y atónito me quedo cuando veo que he partido la pieza de aluminio que hace de anclaje entre el eje de rueda y la vaina de carbono. Si alguien tenía dudas de qué es más resiste, el aluminio o el carbono...ahí tiene la respuesta.

Lo único que podemos hacer es colocar un par de bridas que llevaba Jose Luis para que sujeten el eje y pueda empujar la bici rodando. Estamos a 25km de casa en medio del campo, y la solución pasa por que llegue andando hasta la carretera más próxima y allí esperar a que Peski pueda volver con el coche a buscarme.

Estuve más de 2h, metido en una acequia seca en la cuneta del km 13, intentando resguardarme del viento que me enfriaba el sudor, comiendo pasas y bebiendo mi agua "aliñada". Llegué a pasar bastante frío y qué contento me puse cuando ví a Peski aparecer con el coche. Por fin calentitos hasta casa.

Ahora tendré que pegarme con la garantía, pero mucho me temo que me quedaré sin mi gorda un tiempo. Siendo positivos, menos mal que era un día soleado, que estábamos relativamente cerca de una carretera, que no se ha dañado el cuadro...y cómo no, que no ha pasado nada grave. Una anécdota más que apuntar en el blog dominguero.

Nos vemos en la próxima!!

Juli: