Nos colocamos en la parte delantera del pelotón, la tensión y las ganas de dar cera se mascan y arrancamos a buen ritmo por las calles de Galapagar es una especie de salida neutralizada tras la guardia civil. Para mí una salida peligrosa, la gente muy inquieta y con muchas ganas y los frenazos y toques son constantes.
Dejamos Galapagar y ya tomamos camino y no tardamos en encontrarnos con las primeras cuestas en pistas amplias que permiten rodar bien según vamos ascendiendo hacia una zona de pinar.
Miro el GPS y en seguida sé que no voy a terminar muy entero, en los primeros 20km llevo una media de 25km/h jojojo ... voy a morir.
Tras largas y duras subidas con un pequeño toque técnico llego hasta el avituallamiento. Paro a tomar un platano y a esperar a ver si llegan dos de los compis que van por detrás. Veo que no y decido continuar mi marcha porque me estoy quedan frío. A la postre, uno de ellos rompió cadena y tuvieron que repararla.
Desde aquí, mal y cuando llego a la ribera del embalse, peor. El viento es insoportable y hay zonas de mucha arena suelta y rodar se hace muy duro. En una ocasión hasta paro para ver si he pinchado ... resulto que no. Por esta zona si el pantano está muy lleno la senda queda bajo el agua, por lo que supongo que no siempre se podrá realizar la ruta tal y como se ha planteado hoy.
Entro en modo crucero intentando dosificar las fuerzas que me quedan, el ritmo del principio y que hace muuuuucho tiempo que no pasaba de las 160ppp pesan y hay que intentar terminar lo mejor posible.
Llego al famoso paso de los troncos, vaya tela, el lugar ideal para dejarte un tobillo o en el mejor de los casos meter la pata hasta la ingle. Lo cruzo sin mayores problemas. Una persona de la organización está ayudando a pasarlo.
Sigo serpentenando, subiendo y bajando, cruzando pequeños arroyos, saltando piedras con la bici acuestas y dando cuenta de las últimas subidas fuertemente castigadas por el viento hasta volver a llegar a Galapagar donde la panceta, chorizito, morcilla y cervecita nos estén esperando.
Han sido 60km y algo menos de 1200 metros de desnivel positivo.
Dejamos Galapagar y ya tomamos camino y no tardamos en encontrarnos con las primeras cuestas en pistas amplias que permiten rodar bien según vamos ascendiendo hacia una zona de pinar.
Miro el GPS y en seguida sé que no voy a terminar muy entero, en los primeros 20km llevo una media de 25km/h jojojo ... voy a morir.
Tras largas y duras subidas con un pequeño toque técnico llego hasta el avituallamiento. Paro a tomar un platano y a esperar a ver si llegan dos de los compis que van por detrás. Veo que no y decido continuar mi marcha porque me estoy quedan frío. A la postre, uno de ellos rompió cadena y tuvieron que repararla.
Desde aquí, mal y cuando llego a la ribera del embalse, peor. El viento es insoportable y hay zonas de mucha arena suelta y rodar se hace muy duro. En una ocasión hasta paro para ver si he pinchado ... resulto que no. Por esta zona si el pantano está muy lleno la senda queda bajo el agua, por lo que supongo que no siempre se podrá realizar la ruta tal y como se ha planteado hoy.
Entro en modo crucero intentando dosificar las fuerzas que me quedan, el ritmo del principio y que hace muuuuucho tiempo que no pasaba de las 160ppp pesan y hay que intentar terminar lo mejor posible.
Llego al famoso paso de los troncos, vaya tela, el lugar ideal para dejarte un tobillo o en el mejor de los casos meter la pata hasta la ingle. Lo cruzo sin mayores problemas. Una persona de la organización está ayudando a pasarlo.
Sigo serpentenando, subiendo y bajando, cruzando pequeños arroyos, saltando piedras con la bici acuestas y dando cuenta de las últimas subidas fuertemente castigadas por el viento hasta volver a llegar a Galapagar donde la panceta, chorizito, morcilla y cervecita nos estén esperando.
Han sido 60km y algo menos de 1200 metros de desnivel positivo.